Saludos a todos! Aqui tienen el Capítulo 5. Abre la puerta a varios enigmas y responde algunas preguntas acerca de Jumali. Espero que les guste, en estos dias cuando la ciudad esta que arde, es bueno pasar el swiche con un poco de inspiración. Gracias a Gerhard Weilheim por su apoyo y a Zona Radical. Aloha!!
CAPITULO 5 EL SURFISTA PSICODELICO
Jumali, El Artista Místico, giraba sobre su eje cayendo con gracia sobre el agua para volver a saltar, en un baile hipnótico. Era una mezcla de Danza Sufí con Capoeira Brasileño. José Angel lo observaba a poca distancia a medida que se acercaba a luz de una pequeña fogata. El artista Jumali hizo un último salto para caer de pie sobre la arena, y allí se quedó, quieto, observando las olas.
“Es increíble que, con tanta belleza que trae una noche así, las personas prefieren una galería de Drywall, cartón y aire acondicionado en lugar de este palacio natural bajo las estrellas.” Jumali lo miró fijamente, y luego se rió a carcajadas, con una risa que parecía un aullido, la risa del demente.
JaaaaaaaaJA! Jaaaaaaaa JA!
Jumali tenía una contextura pequeña pero atlética, delgada, su cabello gris enredado en clinejas estilo rasta, resplandecían bajo la luz de la luna, con una pequeña barba enmarcando una cara que reflejaba años bajo el sol y los elementos. Pero eran los ojos, verdes profundos que contenían el brillo de una sabiduría más allá de los siglos. Siguió mirando a José Angel como esperando respuesta, y agregó.
“Viste esa derecha? Parece que viene un swell” la jerga era de surfista, Jose Angel agarró el ritmo y siguió el hilo de la conversación, “Asi es bro, el Huracán Viviana, creo que el ultimo ya de esta temporada, está parado sobre el Atlántico. Se va a poner grande. Esta mañana estaba calidad!”
Jose Angel dejó una pausa, mientras observaban la llegada de un set de 7 olas.
“Entonces tu eres Jumali. Tu también surfeas?” preguntó.
Jumali, miró el horizonte, y luego le lanzó una mirada de desafío y sonrió ampliamente mientras contestaba:
“Como los delfines.”
Jumali se acercó para ver a su nuevo amigo surfista a la luz de la fogata, “Hola, soy Marcus Jumali, y por lo que veo vienes de la galería, no? Estoy aquí encaletao. Incógnito” dijo colocándose el dedo en la boca en señal de silencio, “Escondido de los coleccionistas, son una verdadera distracción…” y volvió a reír a carcajadas, burlándose del mundo.
“Sabes? Estas exposiciones, galas, son innecesarias.” Dijo el artista de forma arrogante.
“Como así?” preguntó Jose Angel con curiosidad
Jumali hizo otro salto acrobático, cayó sobre el agua, salpicando a José Angel. “El arte siempre consigue dueño, consultores de arte, vendedores, marchands, son más bien un estorbo, una excusa para producir una batalla entre ansiedad y dinero.”
Jaaaaaaaaaaaaa, JA! Jaaaaaaaaaaa! JA! Volvio a su risa demencial.
“Así que tú eres el del cuadro.” José Angel había llegado hasta aquí, había que seguir sondeando. “El Gato… el Gato de Schrodinger…cuál es su significado?”
El artista asintió con cortesía. “Ja! Estas pisando aguas profundas hermano, raramente tengo la oportunidad de conversar acerca de la verdadera razón de ser de mi arte. Muchos coleccionistas solo quieren una inversión, o solo un elemento decorativo para una pared de su condominio en South Beach.”
“Pero es que…” Interrumpió Jose Angel, “…he estado reflexionando acerca de esa imagen y lo que representa. Que estabas pensando cuando creaste El Gato de Schrodinger?”
Jumali sonrió y pensó por un momento, miró el fuego, luego el mar, y se volteó para responder: “Sinceramente, amigo, NO estaba pensando.”
“Mis obras vienen de una inspiración no local, pinto por inspiración, prácticamente conducido por otras fuerzas. El tema del Gato de Schrodinger, era la única resolución lógica que podía esbozar una vez que la concluí. El gato siempre estuvo allí. Yo simplemente dejé que saliera a la superficie.”
Jumali tomó una pausa, contemplando de nuevo, fuego, estrellas, mar. Continúo, mientras en completo silencio y admiración, José Angel absorbía cada palabra:
“El Gato de Schrodinger…”, comenzó Jumali, mientras miraba sus pies, inmersos en la marea entrante. “Es el experimento más importante en la historia de la física cuántica. En un instante el gato SI está vivo y muerto a la vez. No ves? Múltiples resultados ocurriendo en cualquier situación. Átomos duplicándose y apareciendo en dos lugares al mismo tiempo. Y, debo agregar que Schrodinger no consideró un elemento en la ecuación.
Un elemento? Sondeó José Angel socráticamente.
“El elemento místico. Siempre habrá un ángel protegiendo el gato. Aquello que no se ve. Aquello que viene de una fuente no local de energía.”
“La presencia de Dios?” agrego José Ángel, “Pero porque los colores oscuros? Tu composición es casi negra.”
Jumali sonrió, luego rio a carcajada Jaaaaaaaaaaa. JA!, “Porque no??! Es en nuestra oscuridad más profunda donde la luz puede conseguir salida. Todos tenemos un lado oscuro, mira la luna, es llena y nueva a la vez, y su luz ni siquiera le pertenece. Es solo reflejo de la luz del sol.”
“Es por eso que tú sólo ves una mancha negra. No vez el color brillante, no vez los ocres, naranjas, amarillos, dorados debajo de la superficie. Pero están ahí! Es lo que no sabes que no sabes que te mantiene lejos de comprender a cabalidad el Gato Schrodinger.”
“Ya va Jumali,” dame un respiro dijo Jose Angel. “ es un tema heavy! Se me hace difícil seguirte y comprenderte.”
“A ti y a otros 7 mil millones de personas!” Respondió Jumali lanzando otra carcajada.
Ja! Jaaaaaaaaaaaaaaa!
“Verás mi amgo”, continuó Jumali “Pinto con mis pies. Capas y capas de pigmentos son aplicados a la superficie anclada en la tierra, bailo mientras agrego color, cada capa empuja a la anterior a niveles más profundos, de forma metódica, ordenada, a pesar del baile frenético de la meditación. Lo que ves es lo que llamo el velo, es solo la superficie, pero, al irse solidificando los pigmentos, la superficie se parte, se raja, se producen grietas en la pintura terminada.”
“Si ahora observas el fresco con detenimiento podrás ver la luz que busca salir a la superficie. Schrodingers Cat vivo y muerto!”
“Pero Jumali, “preguntó Jose Angel Inquisitivamente, “Si siempre existe una salida positiva, viva, que tendríamos que creer para crear esa realidad basada en nuestra visión interna?”
Jumali de nuevo escuchó con interés. Se conectó con la pregunta y esta vez se paró de forma erguida, regia, señorial. “Una pregunta poderosa cierto. Amigo surfista, sé quién eres, y qué eres, se que eres talentoso, que eres un buscador, un minero de sabiduría, pero hay cosas que no sabes que no sabes, dame la mano, y experiméntalo por ti mismo. Porque si te lo tengo que explicar jamás lo entenderías.”
Jumali extendió la mano, Jose Angel extendió la suya, al estrecharla los dos planetas hicieron colisión.
Jose Angel sintió el poder absoluto de ver todo como realmente es. Las puertas de la percepción se abrieron de par en par. Todo se vió claro, fácil, alcanzable, podía sentir una vida conectada con sus más altas aspiraciones, más allá de la certeza, más allá de la fe, esto era algo sublime. La playa se encendió de colores, el viento se veía de diferentes matices, era bello, fascinante. Podía ver las ondas expansivas de la música de la banda de The Landings tocando No Woman, No Cry. Estaba surfeando. Podía observar cientos de cosas a futuro que podrían pasar y ver todas las infinitas probabilidades sucediendo al mismo tiempo. Al mirar a Jumali veía toda una gama de luces emanando desde diferentes lugares, resplandeciendo y proyectando rayos hacia arriba hacia el cielo.
“Brother! Estás lleno de estrellas!”
Jose Angel soltó la mano de Jumali y cayó al piso, volviendo a la realidad. Tenía que dejar un momento para digerir lo que acababa de pasar.
Jumali se mantenía de pie observando las olas, en silencio.
Que diablos fue eso!!!? Preguntó Jose Angel, todavía eléctrico de la experiencia.
Jumali se acercó para verificar lo que intuía. “La transferencia de emoción es el efecto de la fusión estructural. Sentiste y lo viste no? Viviste lo que yo vivo. Conectaste con mi propio infierno. Entiendes ahora!?”
Jose Angel no podía creer lo que escuchaba. Jumali estaba equivocado! “Amigo, ahí no hubo ningún dolor! Al contrario, todo era bello, era el estar con en contacto con todo y con todos!”
Jamali lo miró sorprendido, en shock. Algo no le cuadraba. “Como puedes decir eso? Pero acaso no la viste!? No sentiste el dolor?!”
“Ya va, Jumali, vamos a tranquilizar las aguas. Agarra mínimo.” José Ángel caminó y respiró. Una explosión mar adentro indicaba que la marejada crecía, la mar corrió por la playa y apagó la fogata por completo. Las aguas retrocedieron con fuerza. “No sé de qué dolor hablas, lo que experimenté fue precisamente la ausencia de dolor. Fue una experiencia extraordinaria. Entonces… Alexia tenía razón. Sí eres un iluminado. Capaz de vivir en una realidad completamente diferente a nosotros. Si existe alguna emoción negativa en ti, se quedó contigo. Cuéntame acerca de eso que llamas dolor, ese infierno que mencionas.”
Jumali suspiró, y comenzó a relatar su historia. “El del amor por una persona. Alguien que representaba mi mundo conectado con paz felicidad, y que de repente desaparece y me envía a un infierno…no había hecho contacto físico ni realizado una fusión estructural con alguien desde hace 15 años. No me atrevía a transferir mi dolor a nadie.”
Jumali comenzó a llorar. En aullidos, las lágrimas se iluminaban como plancton fosforescentes y caían al agua.
José Angel, miró a Jumali, empezó a ver las cosas desde su perspectiva, pero sabía que debía sacarlo de esa estructura momentánea de sufrimiento. Se acordó de su Master Coach Frank Skylar, el Ejecutivo Surfista.
Sácalo de su estructura, interrumpe el patrón limitante.
“Jumali!” le dijo Jose Angel en tono de desafio. “Nada ha cambiado, tú no estás deprimido, estás despechao!!”
Jumali cesó el llanto de inmediato y se enfureció. “Despechado yo? Sabes quién soy yo? Sabes quién soy yo?! Soy el artista más grande del mundo!!”
“Wow!” contestó Jose Angel en tono de burla “ y eso que no tienes ego!” Siguió sacándolo de la estructura del dolor a una de mayores recursos.
“Que dices!? Que es lo que quieres!?” Contestaba Jumali encolerizado y confundido. Comenzó a brincar de nuevo.
Jose Angel procedió a darle sentido a la experiencia.
“Jumali, has pasado por un proceso que todos los seres humanos experimentan. Te enamoraste. Punto. Y tu ser no fue capaz de entender la fragilidad de una relación de amor.”
Jumali comenzó a llorar de nuevo.
“Jumali!” Jose Angel le gritó tratando de interrumpir su patrón de lamento ametrallándolo con tres preguntas.
“Como sabe un iluminado que es un iluminado?”
“Cómo sabe el Buda que es un Buda?”
“Cómo sabes tú que lo que sientes es real?”
Jumali se desplomó al procesar las preguntas hipnóticas y se sentó en la playa, José Ángel había logrado derrumbar las paredes y ahora podía seguir adelante.
Jumali le contó a Jose Angel su vida. Del desierto de Raschazstan, el Paso del Khyber su subida por los ranking del mundo del diseño y arte. Su estudio de arte en Ponce Inlet y su amor por Sara y como ese amor fue traicionado cuando ella se fue, hace ya 15 años. Jumali vivía en dos planetas, uno conectado con todo y otro en sufrimiento por la pérdida. Jose Angel había conectado con el lado real.
Escuchó con detenimiento, observando cada gesto, en admiración por la grandeza del ser que tenía enfrente. Al finalizar su historia, José Angel notó la raíz del conflicto que mantenía a Jumali estancado en su camino.
Fue directo con la pregunta. “Cuéntame Jumali. No le pediste que se quedara, no la seguiste a España. La dejaste ir así nomas?”
“Y que mas podía hacer?” Respondió Jumali, “No era el destino. Lo que pasó, pasó porque tenía que pasar. Pero lo que no entiendo es por qué, si siempre todo fluye como debe ser, no logro estar en armonía con esto.”
Jose Angel entendió entonces la naturaleza del problema. “Jumali, a veces debemos tener el coraje para arriesgarlo todo y perseguir lo que consideramos que ES nuestro destino. No todo en la vida se da así por así, no importa cuán conectado estés. La vida que nosotros habitamos tiene altos y bajos. Tú la tuviste fácil gran parte de tu vida. Todo se te dió como querías porque no estabas viviendo aquí. Estabas en otro planeta, mucho más bello, si, pero la realidad es ésta. Tú la amas, y ella es real. Y si el amor por ella era real, ese amor no puede ser amenazado. Nada irreal existe, nada real puede ser amenazado.”
“Pero cómo es posible que no pude transferirte el dolor durante la fusión? Siempre transfiero lo que soy a otros.” preguntó Jumali admirado de encontrar a alguien que le pudiese enseñar algo.
“Porque ese dolor solo lo tienes tú.” Afirmó Jose Angel. “Lo que eres en esencia es perfección, creo yo, y lo que tú en este momento estás combatiendo viene de lo que es ser humano. Jumali, las personas van y vienen eso es natural en este mundo. Alguna vez habías añorado algo?
Jumali encendió su mirada al contemplar la respuesta. “No sé ni lo que eso significa, nunca he tenido que querer nada. Sara era otra cosa, era una sensación diferente, creo que entiendo ahora lo que es perder la razón.”
Jose Angel pensó bien su próxima frase. “No es perder la razón, es ser humano. Mira Jumali, una persona muy sabia me dijo una vez que el camino a la iluminación es aceptar nuestra propia demencia. Que tendrías que hacer para recuperar tu centro, para desarmar ese feeling que te mantiene prisionero? Sara no te dejó, tú la dejaste ir, que vas a hacer al respecto?”
Jumali peló los ojos, comprendió algo nuevo, se quedo petrificado como si hubiese abierto otra puerta de percepción. Y comenzó a reír, de nuevo, reír, mientras se repetía. “Yo si he sido ciego, dejé de pensar en SU mundo mientras estaba ocupado dándole importancia al MIO!!! La dejé ir sin más ni más. Es cierto, eso que siento es miedo. Miedo a que me rechace.”
“Has acertado una emoción muy humana. Lo que necesitas recuperar es tu coraje, cuéntame que tendrías que hacer para reconquistarla?”
“Ella se fue al pueblo de sus padres, un pueblo en algún lugar de la Costa Vasca, España. Allí debe estar todavía. Sabes, creo que estoy comenzando a comprender, me has ayudado amigo. El dolor está ahí, pero siento que ahora lo puedo comprender. Duele más pero importa menos. Es difícil de explicar. Como dijo tu sabio, el camino a la iluminación comienza con aceptar nuestra demencia. Cuéntame algo” dijo Jumali viendo el mar, “Esa persona sabia que mencionas con tanta solemnidad. Es acaso tu maestro?”
Es un maestro sí. Un coach. El mejor del mundo, y puede ayudarte a recuperarla y reencontrar tu centro. Yo te puedo guiar si lo deseas, pero coachear un iluminado no es precisamente mi especialidad. Frank Skylar, El Ejecutivo Surfista sabrá cómo darte el coraje para que seas uno de nuevo y enfrentes tus demonios.”
“Entonces, no hay que perder más tiempo!” Contestó Jumali. “Pues vayamos por el, donde está? Alexia nos puede tener el Jet listo en el aeropuerto de Aguadilla en 30 minutos si deseo.” Dijo Jumali entusiasmado.
“No va ser fácil, Jumali.”
“Y cuándo lo ha sido para los seres humanos, que luchan inmisericordemente por sus metas? Por qué no?” preguntó Jumali, exasperado. “Si alguien puede darme el coraje para enfrentar esto y recuperar mi unión con el todo, haré lo que sea.”
Jose Angel agregó. “Es que nadie sabe dónde está Frank Skylar. Brother, está desaparecido desde hace meses! Es un misterio. Podemos tratar de ubicarlo. Habría que viajar a Maui, El Salvador, y Bali, puntos legendarios de surfing que es donde se que iría a escaparse en ésta época del año. Si no lo ubicamos, habría que descubrir su punto predilecto de surf, siempre habla de él, pero lo mantiene en secreto. Sé qué queda en el Atlántico”
“Por favor”, imploró de nuevo el artista místico, “Ayúdame a encontrarle sentido a esto, es hora. Esto de ser humano es muy duro.”
A Jose Angel le sedujo la idea de recorrer el mundo a los mejores puntos de surf para encontrar a Skylar, y este parecía ser un nuevo cliente que estaba dispuesto a pagar un servicio especial de Coaching para Iluminados.
Jose Angel contestó en modo ejecutivo. “Hagamos un trato, te puedo coachear mientras conseguimos a Skylar. Sé cuáles son los lugares a donde hubiese escapado, te parece?”
Jumali lo miró en silencio, delante tenía una persona que podría volverlo a reconectarlo con el universo. Un joven que actuaba por instinto, por pasión, lejos de la iluminación pero pendiente de encontrarlo, Jumali contestó enérgicamente.
“Estas contratado!” Le dió la mano, y al estrecharla, Jose Angel se propuso dominar lo que vendría. Tuvo otro momento de conexión con el universo.
El viaje había comenzado.