Originalmente publicado en Junio 12, 2011 por Fernando Celis
Dentro de los aspectos positivos que ofrece una sesión de coaching, mas allá de conocerse y de reencuadrar situaciones para verlas desde una perspectiva totalmente diferente, está el instante sublime donde se establece la verdadera destrucción de las barreras – el instante donde la decisión se convierte en accion .
KAIROS es la palabra con la cual los antiguos griegos describían el momento sublime y perfecto donde todo se confabula hacia una acción concreta que carece de tiempo y espacio. Es el estar en LA ZONA de fluidez total, cuando la persona se enfoca totalmente a la tarea que se realiza. Los atletas lo sienten cuando están en su máximo desempeño; donde el simple hecho de estar fluyendo es suficiente para desconectarse del ayer, del mañana, y del ruido mental para entregarse a la razón de ser de ese momento. Todo momento puede convertirse en KAIROS.
Por qué es tan difícil?: La reacción a las situaciones que enfrentamos todos los días, nos conectan a una estructura emocional obsesionada con el tiempo. Todo lo llevamos a un calendario, a una agenda, a un to do list, a una fecha de entrega, a un baúl de proyectos, sueños, y cosas por hacer. Esto no tiene nada de malo ya que es parte de un camino a recorrer para alcanzar una meta. El problema se presenta cuando tu mente está intranquila por NO haber realizado esa acción. ESE es el cable cruzado.
Todo proceso de avance requiere una transición entre un área de comodidad y un área de crecimiento. Entre estas dos áreas existe un espacio de INCOMODIDAD. Esa barrera de incomodidad es mental. Nuestra interpretación de las cosas, nos lleva a estar cómodos donde estamos, es por eso que para muchos es difícil mantener una dieta, un régimen de ejercicios o una rutina profesional nueva. La fuerza que está en contra mantiene enfrentados el deseo de logro vs. la creencia limitante de que no es importante o no es posible.
Al ir de la comodidad a la acción, desconectas el fusible que prende las alarmas del inconsciente proceso de autosaboteo y te conectas a otro mundo completamente diferente, el mundo del KAIROS. Todo fluye, todo permanece en el presente, orientando cada pensamiento y acción hacia el presente, pero proyectándose hacia el futuro. Como un surfista dentro del tubo, rodeado por la dinámica de la ola, inmerso en un momento corto pero sublime.
Y qué sucede cuando no sabemos qué acciones realizar, cuando estamos inmóviles, presos de la angustia del momento?
Podemos optar por crecer; por saber más acerca del POR QUE nos encontramos estancados, descubrir el verdadero mensaje detrás de la emoción que nos detiene para ampliar nuestra capacidad de tomar decisiones y actuar. Aprender un nuevo proceso es una de las mejores formas de desencuadrarse del sentimiento de resignación. Al poder ver las diferentes posibilidades de interpretar las situaciones que nos estancan y al ver las barreras como lo que son, nos convertimos en entes transformadores de realidades.
El momento mágico del coaching es aquel donde se logra este reencuadre de realidades e induce al coachee a tomar acción. Ese pequeño paso que cambia totalmente nuestro destino y abre las puertas a ver numerosas posibilidades que nos acercaran a nuestra mejor versión. La versión 4.0 potenciadora de lo que realmente somos.
Muchos vemos las decisiones como un proceso que lleva a una conclusión, cuando en realidad, ninguna decisión es real hasta que se actué sobre ella. En surfing, no decides tomar la ola, la tomas. Se decide a decidir y al actuar se hace con todo lo que llevas dentro, con toda la fuerza de tu ser. Al estar asediado por la duda, la incertidumbre la depresión o el miedo la única estructura emocional que nos puede liberar es la certeza y la fe, que es vivir como si todo lo que pasa y cada decisión que tomas tiene el objetivo de ayudarnos a crecer para convertirnos en mejores seres humanos.
Propóngase el vivir en el momento. Dese el permiso por realizar una acción a la vez, con total entrega, realizando la mejor labor posible y disfrute del camino hacia su máxima versión de si mismo. En resumen, pasa el swiche y vive.